Si las muletas convencionales no son lo tuyo, ¿qué tal unas muletas de rodilla? Estas innovadoras herramientas de apoyo han ganado popularidad entre aquellos que buscan una alternativa más cómoda y práctica. ¿Y si fueran la solución ideal para tu movilidad?
¿Qué son las muletas de rodilla?
Las muletas de rodilla, también conocidas como andadores de rodilla o muletas de manos libres, están diseñadas para permitir al usuario descansar la rodilla lesionada o debilitada en una plataforma acolchada, mientras se desplazan utilizando el impulso de la otra pierna o utilizando las manos para propulsarse. Ofrecen una alternativa más cómoda y estable a las muletas convencionales, distribuyendo el peso del cuerpo de manera más uniforme.
Olvídate de las molestias de las muletas convencionales y experimenta el alivio que nuestras muletas de rodilla proporcionan al distribuir el peso de manera uniforme, reduciendo la presión en tus piernas y mejorando tu postura.
Recomendamos la muletas de Rodilla IWALK
Recomendado para
✅ Desgarros del LCA, desgarros de LCM, afecciones de la rótula.
✅ Desgarros y distensiones de los isquiotibiales.
✅ Lesiones de la ingle.
✅ Lesiones piriformes.
✅ Problemas de la banda IT.
✅ Iliopsoas (flexor de la cadera).
✅ Ulceras diabéticas
✅ Lesión en la parte superior de la pierna.
Ventajas y Desventajas
✅Ventajas: Distribuyen el peso corporal de manera más uniforme, reduciendo la presión en las extremidades inferiores. Proporcionan un mayor soporte y estabilidad al caminar, especialmente para personas con lesiones en la pierna o problemas de equilibrio. Permiten una movilidad más cómoda y natural al liberar las manos del usuario.
❌Desventajas: Requieren un período de adaptación para acostumbrarse a su uso y equilibrio. Pueden resultar menos prácticas en espacios reducidos o al subir y bajar escaleras. Algunas personas pueden encontrarlas más difíciles de transportar debido a su diseño y tamaño.
Preguntas Frecuentes
Ajusta correctamente las muletas: Asegúrate de ajustar la altura de las muletas para que las empuñaduras estén a la altura de tus caderas. Deberías poder colocar las manos cómodamente en las empuñaduras mientras mantienes los codos ligeramente flexionados.
Distribuye el peso correctamente: Al caminar, apoya tu peso en las muletas y en la pierna no afectada. Luego, avanza la pierna operada hasta que esté entre las muletas.
Usa un movimiento suave y controlado: Evita apoyar la pierna operada completamente en el suelo. En su lugar, deja que las muletas y la pierna no afectada te ayuden a moverte de manera suave y controlada.
Mantén una postura correcta: Mantén la espalda recta y los hombros relajados mientras caminas con las muletas. Esto te ayudará a mantener el equilibrio y a evitar la tensión en la espalda.
Toma descansos cuando sea necesario: No te apresures y tómate el tiempo necesario para descansar cuando lo necesites. Si sientes fatiga o dolor, detente y toma un respiro antes de continuar.
Practica ejercicios de fortalecimiento: Trabaja con un fisioterapeuta para realizar ejercicios de fortalecimiento y rehabilitación específicos para tu rodilla operada. Esto te ayudará a recuperar la fuerza y la movilidad en la pierna afectada.
La capacidad para caminar después de una operación de rodilla varía según el tipo de procedimiento, la gravedad de la lesión y la recomendación médica. En general, muchos pacientes comienzan a caminar con ayuda de muletas o dispositivos de asistencia dentro de las primeras 24-48 horas, pero el tiempo exacto puede variar. Es crucial seguir las indicaciones del equipo médico y fisioterapeuta para garantizar una recuperación segura y efectiva.
La mayoría de los pacientes pueden comenzar a caminar sin muletas aproximadamente de 4 a 6 semanas después de una cirugía de reemplazo de rodilla, pero esto puede variar según la rapidez de la recuperación y la progresión del tratamiento de fisioterapia. Seguir las recomendaciones del médico y del fisioterapeuta es crucial para garantizar una recuperación exitosa y evitar complicaciones.
Al subir escaleras con una rodilla operada, coloca primero la pierna no afectada en el escalón más alto, luego impúlsate hacia arriba con esa pierna mientras transfieres suavemente el peso a ella. Finalmente, avanza la pierna operada al siguiente escalón, manteniendo un movimiento suave y controlado para evitar cualquier tensión adicional.